Agro Energía y Desarrollo Regional
Durante los últimos 150 años, el hombre basó su desarrollo en las fuentes no renovables de energía fósil y está hoy día confrontado a una crisis energética de grandes proporciones que perjudica más aún las poblaciones pobres y apartadas, donde el costo de la energía es proporcionalmente mucho más elevado comparado con los recursos económicos disponibles. La agro-energía es la fuente de energía renovable más disponible en cualquier aldea del trópico húmedo; y es además una gran generadora de empleo, aunque su sostenibilidad esté condicionada a la reincorporación final de la materia orgánica en el suelo. Para esto se privilegia la biodigestión acompañada de la ferti-irrigación del digestato sobre los cultivos. El biogas permite generar electricidad o alimentar redes domiciliarias de gas (combustible para cocinar, y para neveras de gas o petróleo). Los biodigestores pueden ser individuales o industriales, y procesar aguas residuales, estiércoles o forrajes (pastos). En este último caso (materia vegetal), la gestión se vuelve más compleja, pues se debe combinar la compra (o producción), de la materia prima (pastos y forrajes), la administración del sistema (pequeña empresa); y la venta y el cobro de la energía. Dichos sistemas pueden hacerse a escala industrial o a escala comunitaria, caso en el cual se asemejan a empresas comunitarias de agua y saneamiento, con las mismas dificultades logísticas y sociales.
PRO-ORGÁNICA está desarrollando en América Latina, modelos novedosos de biodigestores así como la organización comunitaria alrededor de estos, hasta para ciudades de 100.000 habitantes que no están conectadas a la red eléctrica nacional y/o a una Red de Gas Natural Fósil. Concebidos para zonas no interconectadas a la Red, los proyectos de biogás con pastos y forrajes permiten lograr una autosuficiencia energética sin necesidad de energía fósil alguna. Una hectárea de pasto genera aprox. 8.000 m3 de metano por año.
Otra labor de PRO-ORGÁNICA en materia de biogas está relacionada con el montaje de pequeños biodigestores para la auto-suficiencia de fincas en gas de cocción y a la par para la producción de un “bioabono” para la fertilización orgánica de los cultivos. Los biodigestores “caseros”, suficientes para la auto-suficiencia energética de la cocina, tienen en general unos 4 m3 y son construidos de plástico (bolsas de PVC o PEAD, fáciles de reparar por parte del agricultor). PRO-ORGÁNICA financia parte de los biodigestores mientras el proyecto se enmarca dentro de un proyecto colectivo (asociación de agricultores), y en todos los casos los agricultores financian la obra civil (hueco, tanque de carga, tanque de bioabono). Estos proyectos se enmarcan en proyectos colectivos de intensificación agrícola, a la escala de una aldea o de una región. Las tecnologías de compostaje (descomposición aerobia) y de ferti-irrigación suelen complementar estos proyectos de biogás.